miércoles, 10 de octubre de 2012

treinta y siete.


Me gustaba pensar que siempre estaría a mi lado, para que no me sintiese sola. El aire alborotaba sus cabellos oscuros que se despeinaban sobre aquella sonrisa que daba vida. Sus carcajadas aportaban esa energía que todo el mundo necesita para llevar con fuerza el día a día que, aunque parezca que no, desgasta.  Desprendía ganas de vivir, entusiasmo, ímpetu, superación, coraje. No era perfecta para todo el mundo, era perfecta para mí y para todo aquel que supo ofrecerle su tiempo, mientras ella te regalaba el suyo. Te quiero.

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