Me gustaba pensar que siempre estaría a mi lado, para que no
me sintiese sola. El aire alborotaba sus cabellos oscuros que se despeinaban
sobre aquella sonrisa que daba vida. Sus carcajadas aportaban esa energía que
todo el mundo necesita para llevar con fuerza el día a día que, aunque parezca
que no, desgasta. Desprendía ganas de
vivir, entusiasmo, ímpetu, superación, coraje. No era perfecta para todo el
mundo, era perfecta para mí y para todo aquel que supo ofrecerle su tiempo, mientras
ella te regalaba el suyo. Te quiero.
Sara, escribes realmente bien. Te echo de menos
ResponderEliminarmuchas gracias cousita bonita. Te quiero :)
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