Me sorprendo, sonrío. Si, vuelvo a respirar, y sonrío.
Recuerdo momentos inolvidables y respiro, respiro hondo. Melancolía, ¿qué más
da? Sonrío, pronto volverá. Abrazos y lágrimas gravadas a fuego; sonrío, no volverán.
Me busca en medio de sus sinsentidos, cuando no me encuentre, volverá. Sé que
no es sin mí, ni tampoco conmigo.
Una corazonada. A petición tuya, respuesta mía. No me
necesitas nunca, excepto cuando crecen las bolas de pelo en atardeceres
solitarios que te dejan mudo. Mudo, sordo, quién sabe si también cojo. El
corazón cojea. Yo ya lo acepté, sonrío.
No me busques, estoy aquí. Huelo tu perfume a miel, respiro
y sonrío, soy así. Lo recordarás siempre que quieras, estoy aquí. No me iré
nunca o tal vez sí. Tal vez eche a correr lejos, pero siempre miraré hacia
atrás. Miraré para ver como caes, porque sé que no eres sin mí, ni tampoco
conmigo.
Respiro, no intentes entender mis sinsentido. Sonrío, hoy
soy feliz y sonrío.