Fui miedo.

Fui miedo a perderte en cada vaivén que te dio la vida. Lágrimas tanto de tristezas como de alegrías, de fuerzas y flaquezas contigo a mi lado. Hoy soy miedo porque no estás, miedo a perder de nuevo en una partida en la que no nos dejaron jugar. Flaquezas porque no está tu sonrisa para darme fuerza. Energía y letras para que todo el mundo sepa que no tuviste miedo a dejarte llevar, a salir, a reír junto a mi. A ofrecerme el poco tiempo que tuviste, a arrancarme carcajadas en momentos difíciles. Hoy soy fuerte porque lo fuiste por mi, porque no te desencantó ver que exactamente era nada, porque me tendiste la mano amiga que te recoge al caer, que te seca las penas y te acuna en las noches en las que conciliar el sueño es casi tan difícil como sobrevivir. Hoy soy poesía para que la leas, para que sepas que deje de ser nada para poder ser tu memoria, para que tu corazón continúe latiendo sea donde sea, para que no se desperdicien los besos que ya no podrás dar, los que diste y los abrazos tiernos que tuve la suerte de apreciar. Porque hoy soy todos nuestros viernes, nuestros enfados, tu dolor que era el mio, nuestras fotos, las difíciles salidas de paseo, las meriendas en un rincón de tu cuarto, las rosas rosas, las largas llamadas de teléfono, los mensajes que expresaban todo lo que tal vez no te supe decir, tu nombre y el mio en una chapa de metal, la ventana de tu habitación. Te prometo que, entre lágrimas, seré tu recuerdo y en cada línea pondré mi corazón que es el tuyo. Que no abandonaré y no dejaré que el olvido se coma nuestra prosa. Que el miedo no podrá conmigo. Te prometo que seré tu sonrisa en todas en todas partes, tus ganas de vivir, tu sensatez, tu fuerza. Te prometo que seré todo aquello que me entregaste. Te prometo que aunque caiga y llore, y me sienta sola sin ti, y tan solo tenga ganas de tirar la toalla y dejarlo todo, seré fuerte simplemente porque tu lo fuiste por ti y por mi. Te quise, te quiero pequeña y siempre te querré.