La paciencia como arte de aprender a soportar lo
insoportable, como virtud escasa, como prueba de fidelidad y aprecio. Habilidad que se adquiere con el tiempo,
fuente de equilibrio externo y pilar fuerte construido sobre piedras. Camino
que llega al respeto, la tolerancia y la estabilidad. Fuente que emana paz
interior. De aprendizaje continuo. Fugaz como las estrellas del firmamento.
Efímera como el humo de un plato caliente en pleno invierno. Acogedora y
comprensiva. La paciencia, como virtud escasa y totalmente necesaria.
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